Oración de consagración a San José
Señor Jesús, venimos a solicitar la
ayuda y la protección de San José, para confiar su solicitud paternal sobre
nuestra Iglesia, sus sacerdotes, sus diáconos, sus consagrados, todas las
familias y todos sus miembros.
San José, casto esposo de la Virgen
María, ayuda a las parejas a reencontrar el fervor de su primer amor y la
gracia del sacramento con el que se donaron mutuamente. Asístelos para superar
los conflictos, ábrelos al perdón recíproco.
Confiamos a tu paternal solicitud a
las parejas estériles. Protege a los prometidos en su deseo de darse uno al
otro, en el respeto de cada uno y en toda libertad. Que su corazón se abra
ampliamente a acoger a los niños que nacerán de su amor.
San José, padre adoptivo de Jesús en
Belén, enséñanos a defender la vida humana desde la concepción. Te confiamos a
todos los seres que han sido asesinados en el seno de sus madres, la angustia
de las mamás, la inconsciencia trágica de quienes han practicado un aborto.
Tú que has protegido a Jesús de la
masacre de los Santos Inocentes, haz que nosotros y nuestras autoridades seamos
protectores de la vida humana. Protege a los huérfanos y a los niños ante los
comportamientos violentos y torcidos de los adultos.
San José, Patrono de la buena
muerte, haz que nos dispongamos a encontrar con toda tranquilidad al Señor el
día que nos llame a dejar esta tierra. Libera a nuestra sociedad de la
tentación mortífera de practicar o promover la eutanasia y el suicidio.
San José, guardián de la Sagrada
Familia, te presentamos a cada una de nuestras familias. Te imploramos, por el
ejemplo de tu valentía y de tu docilidad al Espíritu Santo, que asumamos con
fidelidad y sabiduría las responsabilidades educativas y familiares que se les
has confiado.
Te pedimos que podamos enseñar la fe
a nuestros niños comenzando por nuestra manera de vivir. Por la oración de San
José, Señor, bendice a todas las familias de la tierra, bendice a todas las
comunidades, bendice y protege a nuestro país.
San José, en el tiempo de la prueba,
recordamos que tú encontraste al Niño Jesús tras varios días de haberlo buscado
angustiosamente. A la hora de la duda y en medio del desaliento, ven en nuestro
auxilio para buscar a Cristo sin cesar y encontrarlo.
Confiamos a tu intercesión la
situación de los cristianos perseguidos, en particular los de Medio Oriente,
protégelos de todas las formas de terrorismo, la violencia y la guerra civil en
Siria.
San José, servidor prudente de Jesús
y María en las rutas del éxodo, haz que seamos cercanos a los excluidos, a los
errantes, a los extranjeros. Ayúdanos a comprender que el amor no tiene
fronteras y que cada uno de nosotros es responsable de nuestros hermanos y
hermanas.
San José, humilde artesano de
Galilea, te confiamos nuestra profesión, con la cual y para la cual trabajamos,
también te confiamos a los que no tienen empleo ni recursos.
Enséñanos a santificarnos y a
santificar al Señor mediante nuestro trabajo. Ayúdanos a compartir sus frutos.
Y a ti que cubriste las necesidades materiales de la Sagrada Familia, ponemos
bajo tu mirada la vida temporal de nuestras familias, de nuestras comunidades y
de nuestras diócesis.
San José, doctor del silencio en el
seguimiento de Jesús, te presentamos la vitalidad misionera de nuestra Iglesia,
de nuestras parroquias, de nuestras familias, de nuestras comunidades.
Te suplicamos fervientemente que
hagas surgir una nueva generación de testigos del Evangelio. Por tu oración,
suscita vocaciones sacerdotales y religiosas.
Sostén la fidelidad de las personas
que se han consagrado mediante los consejos evangélicos así como el compromiso
misionero de las familias en el corazón de nuestro mundo.
San José, en este día, te
consagramos a la Iglesia, nuestras familias y nuestras comunidades, en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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